El discurso
encendido de Emma asustó a los ultraderechistas estadounidenses,
por considerarla “un peligro potencial” debido a su liderazgo
natural.
Pero mayor rechazo
del ala conservadora yanqui, fue su chaqueta verde olivo con una
bandera cubana, símbolos satanizados en el país de la “democracia
y la libertad”, por recordarles el uniforme de Fidel Castro,
espina que Washington no ha podido sacarse desde hace 59 años, a
pesar de los planes para asesinarlo.
De inmediato
surgieron los ataques contra la joven norteamericana de padre
cubano. El primero fue contra su orientación sexual, seguido del
calificativo preconcebido de tener “ideas comunistas”.
A la derecha eso
le ha preocupado más que la muerte de los estudiantes y la
búsqueda de una solución que termine definitivamente con hechos
similares, aun cuando muchos de esos fanáticos extremistas tienen
hijos que pueden correr la misma suerte.
Emma, al igual que
el resto de los manifestantes, solo pide cambios legislativos para
que niños y adolescentes no estén en peligro de ser las próximas
víctimas, cuando estén es sus aulas o en lugares públicos
escuchando un concierto, o sentados en un parque.
Para los que se
llenan los bolsillos con las ventas de armas, la vida de esos
jóvenes no es lo primordial, sino el dinero, por eso se oponen a
cualquier cambio legal que los afecte, y aquellos que reciben
apoyo financiero para sus campañas electorales, como el senador
Marco Rubio, hacen silencio cómplice.
Con el propósito
de crucificar a Emma, iniciaron rápidamente una campaña mediática
vinculándola a las ideas de los Castro, para asustar a quienes la
sigan.
Mientras los
ideólogos yanquis crean becas para fabricar líderes juveniles
dentro de Cuba, que puedan arrastrar a sus compañeros a una
oposición a la Revolución, y construyen organizaciones en sus
universidades como fue Raíces de Esperanza, en Estados Unidos le
tienen pánico al surgimiento de verdaderos líderes que exijan
cambios a favor de los desposeídos, y en este caso de las leyes
que solo favorecen a un grupo pequeño de personas, en perjuicio de
millones de ciudadanos.
Tal ha sido la
persecución contra la joven, que se vio obligada a declarar
públicamente que es bisexual, algo muy íntimo que no reconocen
muchos Congresistas, aunque todo el mundo conozca de su
orientación sexual.
Ahora los
homofóbicos le persiguen de forma implacable, con el objetivo de
conformarle una imagen negativa, incluso llegaron a falsificar una
foto de Emma donde aparece rompiendo la Constitución, siendo el
responsable de tal sucia acción el legislador Steve King,
republicano por Iowa, quien publicó dicho ataque en la página de
Facebook de su campaña de reelección y al pie de la foto escribió:
“Así es como
luces cuando reclamas tu herencia cubana, pero no hablas español e
ignoras el hecho de que tus ancestros huyeron de la Isla cuando la
dictadura convirtió a Cuba en una prisión, después de quitarle
todas las armas a sus ciudadanos, y con ello el derecho a su
autodefensa”.
Una prueba más de
la falta de libertades que padecen los ciudadanos estadounidenses,
fueron las múltiples críticas que recibió la cantante cubana,
naturalizada norteamericana, Gloria Estefan, solo por apoyar a la
joven Emma González, en sus reclamos de mayores restricciones a
las armas de fuego en EE.UU.
Para tener una
idea de los padecimientos de aquellos que dicen lo que sienten,
creyéndose que en Estados Unidos hay realmente libertad, basta con
exponer lo que le han dicho a Gloria Estefan en las redes
sociales: “Dedícate a cantar en vez de apoyar a una comunista”.
No importa que
ella apoye la política contra Cuba, ni que cantara ante el asesino
terrorista Luis Posada Carriles, porque cuando hay que cerrar
filas ante el peligro de que surja una líder negativa, se hace sin
compasión.
Otro elemento que
ilustra la ausencia de libertades, fue la advertencia lanzada por
el Senador republicano Marco Rubio, a Todd Robinson, Encargado de
Negocios de la embajada de Estados Unidos en Caracas, después que
el diplomático emitiera su opinión respecto a las próximas
elecciones presidenciales, las que fueron interpretadas por el
miembro de la mafia terrorista anticubana como un
“distanciamiento” de la posición oficial de la Casa Blanca.
Lo que realmente
Todd Robinson declaró a una radio emisora venezolana fue: “Hay
varias teorías sobre los resultados de las elecciones y al final
los venezolanos van a decidir si las elecciones tienen
credibilidad o no, y nosotros vamos a esperar la decisión de los
venezolanos”, expresiones que no toman posición a favor de Maduro,
pero eso no es lo que el Senador quería oír y menos la oposición
venezolana.
En una clara
amenaza al diplomático, Marco Rubio apuntó:
“No hay ningún
cambio en la política del Presidente Trump y EE.UU. sobre Maduro y
Venezuela, pero lo que si puede cambiar es el jefe de nuestra
embajada en Venezuela.”
Nada más que
añadir; en EE.UU. nadie tiene derecho a pensar diferente porque no
existe la libertad para ello.
Razón tenía José
Martí cuando sentenció:
“El limpio
pensamiento ha menester de una atmósfera limpia”
*Arthur González,
cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El
Heraldo Cubano.
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